
Cuando estudiaba la carrera de ingeniería, me preguntaba cuál era el campo de aplicación de dicha profesión; tenía alguna idea, la cual difería de muchos compañeros, profesores y profesionales de ese entonces. Sin embargo, al transcurrir cierto tiempo asistí a una conferencia donde se presentaba una catedrática europea con Ph. D. En Ingeniería Industrial, me llamó la atención la claridad y precisión de su exposición sobre los avances tecnológicos y la aplicación de las herramientas de Ingeniería Industrial en los sistemas y procesos productivos.
Actualmente, se utilizan técnicas y herramientas que no solo se aplican a las empresas de manufactura, sino también a las empresas de servicio, a las operaciones y alas actividades; esto es que, hoy por hoy los sistemas de soporte (de ayuda, de asistencia, de apoyo, de refuerzo) han permitido que las empresas de producción (industriales, químicas, metalmecanicas, automotrices, petroleras, etc.), las empresas de servicio (hospitales, hoteles, supermercados, mensajería, industria de la moda, bancos, entretenimiento, universidades, etc.), las operaciones(la distribución física, el tipo de transporte, los medios de transporte, los almacenes, los medios de almacenamiento, la distribución de rutas, etc.) y las actividades se conozcan con exactitud que requieren para mejorar su desempeño.
Pero, -¡Vayamos por partes!-, en cuanto a las empresas industriales, dependiendo del sector en que compitan, la dimensión de la empresa, la complejidad de su organización, entre otros factores; se hace necesario el establecimiento o uso de nuevas técnicas como la Ingeniería Concurrente (I.C.), que permite el acortamiento del tiempo en el lanzamiento de nuevos productos mediante la participación conjunta de las áreas de diseño, ingeniería, manufactura, ventas, finanzas y no por etapas como sé hacia antes; de la Ingeniería de Reserva (I.R.) que se utiliza en las empresas que invierten en investigación y desarrollo, mejorando las funciones y/o utilidades de sus productos.